Hablar en público no es una tarea fácil para la mayoría de las
personas. Requiere tener los nervios bien templados, definir
bien los objetivos, ser claro, conciso, organizado y saber a qué público que
nos dirigimos. Debemos poner un límite a nuestra
exposición, no muy extenso para no "cansar" a los oyentes. No
se deben decir más de unas 150 a 175 palabras por minuto, para
que la gente pueda seguir correctamente su disertación. Tampoco diga menos
palabras haciendo un discurso lento, para que la gente no se distraiga o pierda
interés por el tema.
Los puntos que debe tener claro un buen orador son:
1. Conocer los destinatarios.
Quién va a ser nuestra audiencia: estudiantes, profesionales,
empresarios... esto nos ayudará a enfocar nuestra exposición de forma correcta.
2. Organización.
Exponer de forma organizada todos los temas nos permite que sea más
fácil seguir el "hilo" de nuestra charla.
3. Extensión.
Exponga solamente lo fundamental del tema. No quiera extenderse hasta
agotar el tema. Acabaría cansando al público y perdiendo su atención.
4. Objetivos.
Debemos concretar bien y de forma definida los objetivos de la charla,
ponencia o conferencia. Tenemos que "tener claro" cuál es el mensaje
que queremos transmitir a nuestra audiencia, sin repetirnos en interminables
palabras que no nos conducen a ninguna conclusión clara.
5. Ayudas.
Cuente a su lado, con todo tipo de ayudas que hagan comprender mejor la
exposición que está realizando: proyectores, ordenadores, diapositivas,
gráficos y cualquier tipo de documentación que pueda facilitar a los oyentes.
Ahora bien, sin abusar de los mismos, marginando totalmente al orador.
A la hora de hablar no debe olvidarse estos puntos
fundamentales:
1. Coloque el micrófono a la altura correcta y compruebe que el sonido llega a toda
la sala.
2. Organice bien la introducción, desarrollo y conclusión de la charla.
3. No abuse de los gestos y la expresión corporal.
4. En la medida de lo posible, interactúe con los oyentes,
para hacerlo más ameno.
5. Hable como si se dirigiera solo a una
persona.
6. Si va con retraso, resuma partes poco importantes.
7. Evite cualquier tipo de distracción: ruidos, móviles, música, etc.
Uno de los modelos más conocidos para una correcta exposición hablada es
el modelo SPAM. Este nos da
4 puntos básicos:
1. Situación.
Tener en cuenta la hora y el lugar donde se va a celebrar el acto.
2. Propósito.
Las metas que el orador espera obtener con su charla.
3. Audiencia.
A que personas va destinada nuestra charla.
4. Método.
Que método vamos a utilizar para nuestra charla.
El método a utilizar es de
gran importancia para el éxito de la charla. Tenemos como principales métodos:
1. Informativo.
Lo que se expone es nuevo para la audiencia, y se expone de forma clara
y precisa, para que la información expuesta sea de utilidad al público
asistente.
2. Persuasivo.
El orador trata de explicar características de un producto o servicio,
de convencer de la conveniencia del mismo.
3. Entretenimiento.
El motivo de la exposición suele tener una finalidad de entretenimiento.
Aparte del método elegido para su conferencia, charla o exposición,
deberá tener en cuenta ciertos puntos básicos a
cualquier tipo de charla:
1. Ser breve en los agradecimientos y reconocimientos previos a la
charla.
2. Mantener la cabeza elevada y mirar al frente y a la audiencia,
siempre que podamos.
3. Cuidar la voz. Emplear un tono adecuado, una vocalización correcta y
un volumen adecuado.
Lo mejor que podemos hacer antes
de una "actuación" en público es practicar.
1. Lea su ponencia en alto varias veces para escucharse. E incluso,
grábela y escúchese o tenga a alguien con Usted para que opine.
2. Utilice su lenguaje corporal y sus gestos, como si estuviese delante
del público. Lo mejor es practicar delante de un espejo.
3. Procure memorizar las partes fundamentales del texto, para evitar una
continua lectura del mismo y estar demasiado tiempo con la cabeza baja -
cabizbajo-.
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